¡Oh Virgen de las Angustias!
Madre de Jesucristo,
Madre con siete puñales clavados,
De los siete dolores padecidos.
Madre de todas las madres,
Ejemplo de amor y sufrimiento,
Ruega por mi ante tu hijo.
Cuando estés ante su presencia,
Cuando contemples la luz de su corazón;
Prende en tu manto una de mis lagrimas,
Para el socorro de tu hijo.
¡Oh madre dulcisima¡
Cara bella; triste y llorosa,
Pero no se apaga tu grandeza,
Si no que se eleva.
Tus lagrimas son como el rocío,
Que purifica las almas.
¡Oh Virgen de las Angustias¡
Que sostienes a tu hijo,
Que yace muerto, perdido en las tinieblas.
¡cuanto dolor¡
¡cuanto amor derramado hacia él¡
¡ Virgen te amo¡
Virgen te amo como a mi madre,
Eres el refugio de mi alma,
Eres la paz que busco.
Mientras que la angustia te recorre,
Mientras que el dolor desgarra tu alma,
Nace en mi el deseo de adorarte,
Nace en mi la piedad.
¡Oh madre, mírame una vez¡
Haz que sienta tu inmensa calma,
Has que brote en mi la paciencia,
Para soportar el dolor.
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